Salió rapidito Rivera de su reunión con Sánchez, a decir que él va a ser más jefe de la oposición que Casado. Normal, porque a día de hoy, en este retorcido laberinto que es la política española, una de las cuestiones esenciales es saber quién domina a partir de ahora la derecha; es decir, quién será en las próximas elecciones generales (sean cuando fueren) el índiscutible agente del cambio.

El líder de Ciudadanos, sus asesores y sus mentores han aprendido ya una cosa obvia: en el centro están los votos que permiten inclinar la balanza de uno u otro lado, pero esos sufragios móviles (no más de tres millones) no sirven de nada si antes no se controla una de las dos alas, derecha o izquierda. Así que el naranjito Albert está en ello (en ser hegemónico en el ámbito conservador), para lo cual necesita que el PP se vaya al carajo y Vox se convierta en una minoría gritona pero lo más irrelevante posible.

En Cs confían, con no pocos motivos, en que las próximas autonómicvas y municipales consagren su sorpasso sobre el PP en las grandes ciudades (por ejemplo, Zaragoza) y unas cuantas comunidades autónomas (por ejemplo, Aragón). Madrid sería el premio gordo. Ello les permitiría situar a los del atribulado Casado en una posición subordinada. Aunque entonces quizás descubran que la nueva y la vieja derechita no son suficientes y que es preciso, como en Andalucía, contar con el beneplácito de Vox. ¡Ay, madre!

Entre tanto, esto se está poniendo divertido. Casado mandó a Rivera que Cs se abstenga para hacer presidente a Sánchez (como si el otro le fuese a hacer caso por ser vos quién sois). Y ayer Rivera ofreció a Sánchez no el paso libre al Gobierno, sino el apoyo de sus senadores para poner en marcha el 155 indefinido (solo que el PSOE ya tiene mayoría absoluta en el Senado, que es donde se activa la aplicación de dicho artículo de la Constitución, mientras que los senadores de Cs son... cuatro).

E Iglesias, intentando meter baza. Algo ha de lograr por fuerza, porque el próximo Ejecutivo será de izquierdas o no será. Pero va a sufrir.