La lucha por la audiencia radiofónica en España tiene más connotación ideológica que en el resto de Europa. En la mayoría de los países de la Unión Europea las radios públicas y privadas defienden de oficio una tranquila pluralidad en sus debates sobre la actualidad. Aquí, el género subjetivísimo de las tertulias va acompañado, en buena parte de los casos, de unas líneas editoriales bastante partidistas por parte de las emisoras. En ese contexto, queda atrás una etapa caracterizada por el estrecho control ejercido por el PP en los medios públicos, y, por su política al repartir las nuevas frecuencias, una notable influencia en muchos de los privados.

Ahora tendremos la oportunidad de ver si se cumple, en este tema, la regeneración democrática prometida por Zapatero, ya que Radio Nacional anuncia para esta temporada un plantel de contertulios más plural.

Ante eso, las emisoras privadas parecen sentirse más libres. SER, Onda Cero y la nueva Punto Radio prometen máximo pluralismo en sus opinantes, mientras los obispos insisten en plantear desde la COPE una radio de combate en la tradicional línea antisocialista de Jiménez Losantos.