Venancio Rodríguez Sanz

Zaragoza

ROLAND GARROS

Hola, Rafa, cuando todos los elogios están dichos, ¿qué más se puede añadir? Nada. Has ganado otra vez en Francia, ¡enhorabuena! Me alegro mucho por ti. La verdad es que es una suerte que, además de romper moldes, pulverices las oraciones admirativas, los adjetivos calificativos, las exclamaciones...

Sabes, nos enteramos de tu triunfo en un bar de Horta de San Juan. Habíamos dado la vuelta a las rocas de Benet y estábamos agotados, pero aun así saltamos de alegría: fueron unos 20 km, mitad de los cuales los hicimos por el barranco del río Canaleta y la otra mitad, por la pista del Mas de les Eres.

Después estuvimos dando una vuelta por el casco viejo de este bello pueblo medieval de la Terra Alta de Tarragona que, si no lo conoces, te invito a que lo visites. ¡Ah! Y no se te olvides de tomarte algo en el Celler de Casa Pessetes. Nos contó el dueño de este precioso bar que haciendo unas reformas, al extraer la escayola de la planta baja, descubrieron nueve arcos góticos, un pozo antiguo donde guardaban la nieve y una surgencia de agua. Y en el piso de arriba, un techo de madera labrada.

En fin, ¡una pasada! Bueno, chaval, nuevamente quiero darte mi enhorabuena por tu décimo tercer triunfo en Roland Garros.