Superada la etapa de sumisión incondicional del Gobierno de José María Aznar a la política neocon de EEUU, las relaciones entre ambos países discurren por un camino en el que, aun siendo buenas, siempre presentan un déficit de sintonía entre el ocupante de la Moncloa y el de la Casa Blanca. Para Mariano Rajoy, la foto con el presidente Obama es de una enorme importancia, especialmente cuando en poco tiempo y pese a los anuncios de tímida recuperación económica, se le han abierto varios frentes internos (Cataluña, País Vasco, ley del aborto o guerra eléctrica). Obama no tiene esta necesidad y menos aún la urgencia. Quizá por ello ha tardado dos años en recibir en Washington al presidente del Gobierno español.

VIAJE AMBICIOSO

Sin duda, este es el viaje más ambicioso de Rajoy, en el que espera poder explicar una versión puesta al día del España va bien. Con este objetivo, la agenda no incluye ninguno de los temas que podrían ser conflictivos. No es que Rajoy no vaya a preguntar por los presos de Guantánamo o por la investigación de la muerte del cámara de Telecinco, José Couso, ocurrida en Bagdad en el 2003, es que ni siquiera planteará el espionaje de la Agencia Nacional de Seguridad estadounidense (NSA) del que España y varios países de la UE fueron víctimas. Para EEUU, España es importante en dos aspectos: en la política de defensa y seguridad, y en la cooperación económica. Este último también es fundamental para España que, en estos momentos, constituye el noveno inversor extranjero en EEUU y el que crece más rápidamente.Y serán las cuestiones económicas y comerciales las que dominarán el encuentro.

En este sentido, el Tratado de Libre Comercio entre EEUU y la UE debería ser uno de los temas estrella del encuentro. Las revelaciones sobre el espionaje de la NSA frenaron las negociaciones, pero su puesta en marcha adquiere carácter de urgencia para ambas partes y más todavía cuando China acaba de anunciar que el pasado año superó a EEUU como líder del comercio mundial.

En este contexto de intereses mutuos sería una mala noticia que el aval que Rajoy busca en la Casa Blanca a sus reformas pasase por un compromiso sobre el transporte de las armas químicas sirias o el almacenaje de los residuos procedentes de su destrucción en algún lugar de Tarragona.