El pasado agosto leí en un diario madrileño, el siguiente titular: "Durán avisa a Rajoy de que su "miopía" con Cataluña tendrá coste económico". Hay que advertir, que Durán, no se ha mostrado separatista y esa es a mi juicio, una muestra de inteligencia que no comparte Artur Mas.

Creo en la buena voluntad de Durán, pero no veo qué entendimiento podría sugerir Rajoy que no conllevara encender hogueras en otras Comunidades; es Artur Mas quién debería rectificar. El caso de Mas se parece bastante al del portugués del cuento que también cayó a un pozo del que no era capaz de salir por su sola iniciativa y prometía perdonarle la vida al que le sacara.

CONVERGENCIA NO ESTÁ para jugar a bolos; ha cometido un grave dislate y cualquier decisión que tome ahora, perjudicará a Cataluña y por supuesto, también al resto de España. Dice Durán que "la ausencia de solución afectará a la prima de riesgo", ¡hombre, a esa prima y al resto de los parientes!

Los principales Estados de Europa, no solamente España, adolecen de algún tipo de separatismo y con el respeto que merecen todas la opiniones democráticamente formuladas, sería muy difícil de entender que, en un mundo cada vez más universalizado, Europa se volviera a atomizar, cuando necesita aunarse más, política, económica y socialmente. ¿A dónde iría una Europa troceada, cuando aún es pequeña cosa pese a su equipaje cultural, confrontada con unidades como las de China, India o EEUU?

No sugería Durán en aquella declaración qué era lo que podría hacer Rajoy en "el caso catalán" sin que faltase a sus deberes como Presidente del Gobierno de España; no es nada sencillo sacar a Mas del agujero en el que él sólo se introdujo y si encima no muestra voluntad de salir.

No cabe duda de que mientras él lo quiera, Mas contará con informes que le garanticen solventemente, si es o no es viable, la posibilidad de celebrar la consulta que pretende hacer, pese a que la facultad de convocar un referéndum es privativa del Gobierno del Estado. ¿Por qué no explica Mas ¡en el Congreso! cuál sea el fundamento constitucional que le permitiría convocar su consulta?; ¿cree Mas que para legitimar su separatismo, no necesita contar con el parecer del resto de los españoles?

Cataluña sufre conocidamente, problemas que tampoco los resolvería ese cambio de camino. Es natural que desde el PSC se advierta a Mas que no puede infringir las reglas del Estado de Derecho apuntando certeramente, a que tan pronto firmase Mas su convocatoria de consulta, el Gobierno central la recurriría ante el Tribunal Constitucional, conllevando eso, la suspensión de aquella.

Vuelvo a la carga: ¿qué podría hacer Rajoy para sacar a Mas del hoyo en que éste se metió de propia voluntad? Pues nada que siendo constitucional, resolviera el problema de una manera legítima y decente; Mas se obstina en vivir en el hoyo, olvidándose de que, en cuanto Presidente de la Comunidad catalana, es además representante en ella, del Estado español (art. 152.1 de la C.E.) y que eso, le impone deberes que de infringirlos, impedirían su continuidad en la Presidencia de la Generalidad.

CUANDO SE DISCUTÍA un nuevo y provisional régimen autonómico para Cataluña, hasta que aprobada la Constitución se le reconociera otro estatuto, Tarradellas tuvo que recordar a los mismísimos comisionados parlamentarios de Cataluña en el Congreso, que el Estatuto de autonomía de Cataluña de 1932, lo tiraron ellos mismos por la ventana el 6 de octubre de 1934. Tarradellas tenía toda la razón y lo sensato sería que no se pusieran de nuevo, en el trance de caer en idéntico yerro. Y añadía entonces Tarradellas que "los grandes entusiasmos, las grandes victorias de Cataluña han tenido el contrapunto de nuestros imprevisibles arrebatos".

Rajoy tiene que esperar; opino que otra cosa ni puede ni debe hacer. Sería además, un mal ejemplo para el resto de España, premiar las insensateces; si Mas quiere cambiar la Constitución, que lo intente sin suponer que baste su voluntad; la voluntad del resto de los españoles, también cuenta, ¡qué le vamos a hacer!, Mas no está sólo en España.