Acceder a la mayoría de los municipios de las Cinco Villas es una especie de castigo por culpa del enorme deterioro que sufren las carreteras. Los alcaldes llevan muchos años denunciando la situación y reclamando la reparación de las vías, pero las denuncias no las recoge nadie porque estas carreteras comarcales responden a administraciones distintas. La DGA, las diputaciones provinciales de Huesca y Zaragoza, y la Confederación Hidrográfica del Ebro no se ponen de acuerdo sobre la responsabilidad de cada uno, y mientras tanto circular por algunas zonas puede ser tan emocionante como el París-Dakar.