Estos días estamos asistiendo a una campaña de bulos, 'fake news' y mentiras por parte de la derecha de este país: se ha llegado a decir que el Gobierno se negaba a comprar test españoles, o que censuraba WhatsApp, por no hablar del supuesto respirador personal de Manuela Carmena. Ante esto veo a mucha gente indignada, y sorprendida, lo cual supongo que es normal. Yo, la verdad, no estoy sorprendido, supongo que será porque suelo pensar en el pasado y encontrar relaciones con acontecimientos presentes.

Cuando miro para atrás, veo que los de las mentiras y la escasa catadura moral no están haciendo otra cosa, que lo han hecho siempre. La única diferencia es que ahora tenemos mucho tiempo y redes sociales. ¿Se acuerdan ustedes del señor Trillo asegurando la correcta identificación de los cadáveres del Yak 42? En Valencia al final se supo que no fue el exceso de velocidad lo que mató a los 43 viajeros de aquel vagón y cuyos familiares han tenido que esperar 14 años para que se les hiciera justicia. También nos costó descubrir que unos hilillos de plastilina fueran capaces de provocar el mayor desastre medioambiental de este país, y a pesar de todo se siguió repitiendo que alejar el barco fue una buena idea. Cómo olvidar las armas de destrucción masiva de Irak que nos llevaron a una guerra, cuyas consecuencias siguen provocando miles de muertos en Oriente Próximo. Relacionados con esa guerra están los casi 200 muertos de aquel atentado que ETA realizó un 11-M en los trenes de Atocha. ETA???, en realidad quería decir Movimiento de Liberación Nacional Vasco, Zapatero traidor.

Podríamos hablar aquí de cosas que en comparación son casi de risa, como los despidos en diferido, los trabajos fin de máster o incluso ¿quién será M. Rajoy?, pero por no irnos tan lejos, podemos volver a febrero de este año cuando un diputado del PP nos alertó de que la eutanasia era una política de reducción de ayudas. ¿Comprenden ustedes ahora el porqué de que no me sorprenda?

Sin embargo, sí que me indigno al mirar a Portugal. Allí la derecha, ante la situación de emergencia provocada por el covid-19, tiene un comportamiento ético, patriota, en realidad normal, apoyando al Gobierno de su país y me pregunto: ¿por qué aquí no? Miro el calendario y pienso que la distancia que va desde el 25 de abril al 18 de julio es la misma que la que separa a las personas de las ratas.

*Profesor y economista