A la vicepresidenta del Gobierno le parece razonable que el presidente aragonés, Marcelino Iglesias, cuestione las cuatro cabezas de moros que nuestros antepasados sellaron en el escudo de Aragón hace 500 años, pero en ese debate el Gobierno central no va a entrar porque ya tiene demasiados debates abiertos sobre la mesa como para abrir uno nuevo. Evidentemente, la polémica de las cabezas del escudo de Aragón no atañen a la sensibilidad del Gobierno central en general, pero probablemente sí a la de la vicepresidenta en particular. Teresa Fernández de la Vega es valenciana, y para los valencianos debe ser sumamente difícil prescindir de las batallas de moros y cristianos tan extendidas en su cultura y en sus demostraciones históricas. Dice la vicepresidenta que sí, que los símbolos son muy importantes, "pero llega un momento que los ciudadanos quieren oírnos hablar a los políticos de los debates de las realidades cotidianas". Razón no le falta.