Primero se vio cómo en Binéfar nadie guardaba la distancia de seguridad en la fila en un matadero para los controles del covid-19, después llegaron los temporeros que viven agrupados en pisos en condiciones precarias y luego se dispersan por estas comarcas oscenses sin mascarilla, y ahora el brote de la empresa de Zaidín... Y al lado, Lérida, zona de riesgo hasta hace cuatro días... Parecía claro que había que tomar medidas urgentes (alcaldes como el de Binéfar lo dijeron hace semanas) para evitar rebrotes pero aún así estos han llegado y son una preocupación nacional porque es el primer paso atrás en España y puede extenderse. Se han tomado medidas sanitarias, pero hace falta un control estricto y que los temporeros residan en lugares más salubres para evitar más riesgos de la población. El virus no se ha ido, los ciudadanos deben ser muy conscientes, y las autoridades, actuar con destreza.