El pleno que el Ayuntamiento de Zaragoza celebró el pasado jueves sobre la operación Romareda sólo fue suspendido durante cinco minutos en las cerca de cinco horas que duró el mismo. El motivo no fue otro que permitir que el teniente de alcalde de Urbanismo, Antonio Gaspar, que defendía por parte del equipo de Gobierno el plan, pudiera acudir al servicio. Gaspar fue prácticamente el único interviniente de la coalición municipal en esa maratoniana jornada y no podía abandonar la sesión, por lo que pidió un receso por fuerza mayor.