Los ayuntamientos españoles podrán utilizar, definitivamente, los superávits de los años 2018 y 2019. El Gobierno central ha rectificado apenas tres días después de que viera cómo no prosperaba en el Congreso un decreto-ley muy cuestionado por los ayuntamientos ya que les impedía gastar los remanentes, que debían ceder al Estado a cambio de ser devueltos en 15 años. Esta propuesta fue muy criticada y no encontró ningún apoyo parlamentario (tan solo el voto telemático de Teruel Existe emitido antes de que conociera la letra pequeña del acuerdo), lo que provocó un hecho histórico: que el Ejecutivo central no pudiera sacar adelante su propio decreto, algo que solo ha ocurrido cuatro veces en la historia. La oposición a esta propuesta fue abanderada por el alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón , ya que la capital aragonesa era una de las más perjudicadas con la propuesta del Gobierno que fue aprobada por la Federación Española de Municipios y Provincias por el voto de calidad de su presidente, el alcalde de Vigo, Abel Caballero . Ayer, en declaraciones a un programa de televisión, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero , anunció que daba un paso atrás y permitiría a los consistorios gastar sus remanentes, embargados por una ley del 2012 aprobada por el Gobierno de Mariano Rajoy y que los socialistas no han sabido derogar.

La ministra Montero ha demostrado una escasa capacidad negociadora, ya que fue incapaz de aglutinar consensos, y escasa mano izquierda a la hora de dialogar con los ayuntamientos y hacerlos partícipes de decisiones que les afectaban directamente. Tiene razón Azcón en que los pasos que se vayan a dar ahora tienen que ir acordes con la voluntad de los ayuntamientos. Pero aún es más insólita y torpe esta rectificación de Hacienda (aunque bienvenida sea) porque la propia Montero señaló nada más perder la votación de su decreto que no habría una contrapropuesta ni se negociaría ninguna alternativa. Ha bastado el fin de semana para que se haya dado cuenta del error y ahora, no solo no haya una contraoferta sino que asume casi de forma íntegra lo que muchos consistorios le pedían. Montero tendrá que analizar la mecha que le ha dado a su oposición durante los dos últimos meses, especialmente a los alcaldes del PP como Jorge Azcón, que ha intentado rentabilizar políticamente al máximo el desaguisado gubernamental. Si bastantes frentes abiertos tiene el Gobierno, se podría haber ahorrado el desgaste que ha sufrido por esto con algo más de diplomacia y cintura política. En cualquier caso, bienvenido sea esa medida que permitirá a los ayuntamientos invertir esos ahorros, algo muy necesario.