Lo bueno es que los próceres de aquí han reaccionado. Han dicho bien alto que los PGE no les gustan. Al menos en Aragón nos hemos enterado y eso nos consuela. Algo es algo. Es la primera vez que ocurre, y es un avance. De hecho, si no fuera por la magnitud de la afrenta, sería un superavance histórico. Que alguien de Aragón se atreva a decirle a su partido en Madrid cualquier cosa, que el PGE es una vergüenza. Suponemos que es eso lo que han dicho a los jefes remotos. Si por las vías reglamentarias no hay respuesta inmediata --ya debería haberla--, habrá que pasar a mayores. Cada día vencido sin una rectificación va a ensanchar la herida. Cada minuto sin respuesta va a ser un suplicio aragonés. Cada minuto sin reparar ese presupuesto va a minar la credibilidad de los líderes aragoneses que, dentro del rebote que tanto les honra, ya se han cubierto las espaldas con eso de que los PGE aún tienen tres meses de tramitación parlamentaria. Ese plazo no hay que admitirlo, y ha sido un error conceder a priori tanto tiempo. Hay matices que matan. Mentar esos tres meses --que se quedan en la mitad-- supone admitir la mayor: que se nos puede engañar impunemente.

Esos tres meses serían válidos para una rectificación mínima, para corregir una errata o un lapsus. Pero es que el machetazo que nos acaban de asestar supone una afrenta en toda la línea: una afrenta económica, que son las que duelen de verdad. Qué cara van a poner los diputados aragoneses del PSOE en el Congreso después de ver el agujero negro que ha presupuestado su gobierno. ¿Habrán tenido valor para acudir al hemiciclo y sentarse en sus escaños como un día cualquiera? ¿Se habrán sonrojado? ¿Con qué cara van a saludar al ministro Solbes y a sus acólitos? Tiene que ser espantoso. Porque cada escaño es un montón de votos: ciudadanía estafada. Tiene que dar unas garrampas el escaño... tiene que dar más picores que una silla eléctrica. A media tarde de ayer el gobierno de ZP aún no había dicho nada. Si es verdad que alguien de Aragón ha atravesado la frontera de Ariza y ha trasladado el malestar infinito de las gentes de esta tierra, aunque sólo fuera por educación ya deberían haber respondido algo. ZP: esto no se hace. Tanto asombrar en la ONU y aquí, en la trastienda, sigue usted manteniendo a Aragón en la Zona Cero.

*Escritor y periodista