El mercado inmobiliario aragonés ha anotado el mejor primer semestre de ventas en diez años. Se han comercializado casi 7.000 viviendas, la mayoría usadas. La positiva evolución de estas cifras se vincula a la estabilización de los precios a los bajos tipos de interés y a la voluntad de la banca de ofertar hipotecas. Pero no hay que perder de vista un dato: un tercio de las viviendas se compra al contado, algo que sugiere más inversión que necesidad habitacional.