Solo faltan las redes y los grupos de whatsapp para acabar de liarla. A través de ellas, los patriotas se autoconvocan, se estimulan mutuamente... y comparten informaciones falsas. La insurrección se extiende por toda España, galopando a lomos de la manipulación y la mentira. Ayer, mientras los adeptos a la Guardia Civil abucheaban como locos a Santisteve (el general al mando hubo de recordar que aquel era un solemne acto castrense), se hizo evidente que la derecha zaragozana (al menos la más dura) quiere aprovechar las circunstancias para cargarse al regidor, a quien acusan de ser aliado de los separatistas catalanes (¿?). Por eso, cuando el delegado del Gobierno, Gustavo Alcalde, iba a intervenir ante los guardias formados en la plaza del Pilar, el público oyó la palabra alcalde y empezó de nuevo a berrear. Otros se esforzaban por deshacer el equívoco, gritando que no, que este no es el de Podemos, que este... ¡es de los nuestros!

Los secesionistas de ahí al lado se han lanzado por la calle de enmedio echando la democracia a la cuneta. Piensan que este es un momento histórico que requiere cerrar filas, expulsar a todo catalán que no merezca serlo y convertir la insurrección en un acto de fuerza irreversible. Los españolistas, encantados a su vez de jugar ese juego, ya van por idéntica vereda («Han despertado al toro», dijo el Alcalde que no es malo sino bueno). Sueñan con recentralizar España, reducir los derechos democráticos, subordinar al PSOE y aniquilar a Unidos Podemos. Así, los dos nacionalismos, inflamados de ardor patriótico y afán constituyente, se aprestan a prescindir de la ley y la soberanía popular (que son la misma cosa, no se olvide) para imponerse e imponer sus designios.

El personal está en la luna. Explicas a mucha gente que la concesión de la medalla de oro a Barcelona y Cambrils (la que han de recoger las respectivas alcaldesas) se decidió por unanimidad de los grupos municipales (incluyendo a PP y C’s) y te lo niegan airados: qué va, replican, eso ha sido una cacicada de Santisteve. Es la insurrección que avanza.