La reducción de un 1% en el uso del vehículo privado en Zaragoza en un año no hace sino confirmar la tendencia de las grandes ciudades. En algunas calles del centro el descenso alcanza hasta el 20%. Peatonalizaciones, nuevos sistemas de transporte público, el precio de los aparcamientos y una cierta conciencia ciudadana tanto medioambiental como de pacificación de los espacios comunes van en la misma dirección. Y es lógico que cada día se busquen alternativas al uso del coche y que este --al menos por el centro-- se restrinja para la imprescindible. La tendencia persistirá.