El incendio que el lunes se desencadenó en el termino municipal de El Buste, junto al Moncayo, disparó todos los temores, todas las alarmas. La perspectiva de una gran pérdida puso en movimiento un eficaz sistema de control, con la participación de cien bomberos, cinco helicópteros y dos hidroaviones. Finalmente, la superficie forestal arrasada fue de 20 hectáreas, afortunadamente menor de la prevista en un principio. Lo que se demostró detrás del siniestro fue agilidad por parte de los servicios forestales. También puso en acción a decenas y decenas de personas del lugar, que se presentaron para arrimar el hombro en las labores de extinción.