En esta época de año, en la que algunos se disponen a dejar para más adelante sus proyectos y quehaceres, otros se afanan en emplearse a fondo en el sprint que nos llevará a la meta del 2008. Son momentos en los que pueden cometerse tremendos errores si no se actúa con templanza en su desarrollo.

Por ello, es acertado reflexionar y recordar que el ánimo de este proyecto, promovido por la ciudadanía de Zaragoza y acogido por las instituciones nacionales, regionales y locales de esta tierra, con el consenso de todos los partidos políticos, es el de conseguir en diciembre de este año 2004 que la candidatura de Zaragoza sea elegida para que el año 2008 todas las obras necesarias para la ciudad y su entorno sean una realidad.

La demostración física mediante la presencia de unos, los escritos, comunicaciones o el bis a bis de otros, etc.; son necesarios ahora para transmitir el apoyo masivo y sin fisuras. Hay que hacerse oír en el mundo entero; el mensaje claro y unívoco reza así: "Todos los ciudadanos de Zaragoza estamos dispuestos a ser voluntarios, todos a una por nuestra Ciudad y por el Planeta, de cuyos graves problemas dependientes del agua, los aragoneses, nos hacemos eco solidario". Como prueba de ello, la Expo constituirá foro singular de expresión, comunicación universal, reflexión y análisis de futuro. No es momento de desfallecer. Desde la asociación cívica, que en 1999 promovió el consenso y la participación de todos, volvemos a convocar para que el 2008 sea el referente del trabajo común y la aportación del esfuerzo personal, sin menoscabo de nadie.

Si en diciembre próximo no conseguimos ganar la carrera, deberemos conformarnos con el logro de haber estado por un tiempo todos los aragoneses unidos en una idea positiva y común: El Sí al proyecto de la Expo en el 2008.

Porque Zaragoza atesora tradición de ciudad generadora y anfitriona de Expos: Ya en 1856 y 1867, Desiderio de la Escosura, desde el Ateneo y la Real Sociedad Aragonesa de Amigos del País, promovió sendas exposiciones internacionales que dieron lugar al encargo que el Ayuntamiento confió a Basilio Paraíso con ocasión de la Exposición Hispano-Francesa de 1908. Todo un ejercicio cívico de la burguesía culta y democrática.

Todas las exposiciones precedentes han hecho historia y configurado la Zaragoza en que vivimos. Todas ellas se han gestado en régimen de libertad democrática. Esta muestra, a la que aspiramos, como la de 1992 en Sevilla, nos sitúa en el centro del interés internacional.

A orillas del río Ebro, como 16 años antes a orillas del Guadalquivir, se trata de ofrecer al mundo una visión atractiva de la nueva España moderna. En 2008, Zaragoza puede abrirse al mundo con una Expo como sabemos hacer, con calidad y amabilidad. Ese será el tributo y el esfuerzo de todos cuantos creemos en la democracia y en la igualdad.

*Presidente de la Asociación Zaragoza Expo 2008