Cuando a una familia le toca una cantidad importante en la lotería, lo ve como una oportunidad, primero para tapar agujeros y después para poner en práctica proyectos de futuro. A España nos acaban de tocar unos 140.000 millones de euros, entre subsidios y créditos. Es de buena educación dar las gracias, y también demostrar que estamos dispuestos a hacer buen uso de ese dinero.

COMO EN el caso de la lotería, una parte de los fondos irá a tapar agujeros: parados, caída de ingresos, empresas sin liquidez... Pero luego hay que tener proyectos de futuro. Algunos nos vendrán dados por Europa: transición digital, economía verde… Me parecen bien, pero necesitamos una reflexión a nivel nacional sobre cómo queremos que sea nuestra economía cuando salgamos de la recesión. Una reflexión que no pueden hacer los expertos por sí solos, sino contando con los políticos, los empresarios y la sociedad. A esto lo llamo cooperación.

Y harán falta reformas: primero, de nuestro mercado de trabajo, y luego, del sistema educativo, las administraciones públicas, el sistema fiscal, la financiación autonómica y local, el régimen de competencia de nuestras empresas, el sistema de innovación e investigación… Hacer reformas no es muy caro, pero exigirá ayudas enfocadas y transitorias. Se trata de poner las bases para que la recuperación esté bien orientada hacia la creación de empleo, la innovación, la competitividad y la productividad en los sectores que nuestra economía puede nutrir en los años que vienen.

LA TERCERA palabra que se me ocurre es transparencia: en las cifras (empezando por las de la pandemia), en los argumentos, en los proyectos y en los resultados. Esto exige, a su vez, capacidad de liderazgo, no solo en nuestros gobernantes, sino también en los medios de comunicación y en nuestras instituciones (asociaciones y colegios profesionales, universidades, cultura, investigación…).