El PSOE debería entrar a debatir los cambios legales que plantea el PP para la elección directa de alcaldes. No hacerlo es tanto como renegar de su propio programa electoral, que ya recogía cambios en esta dirección. Se lo han recordado los portavoces populares, con razón. Si el PP peca de ventajismo, buscando una norma a su medida, los socialistas se equivocarán si simplemente se enrocan en el no. Con una segunda vuelta en condiciones, que garantice la pluralidad en la representación y la gobernabilidad de las instituciones, una reforma legal consensuada respondería a la inquietud ciudadana.