Van a tener difícil Zapatero y quienes le apoyan --como lo han tenido cuantos políticos españoles lo han pretendido a lo largo de la historia-- conseguir la regeneración democrática. Hay mucho fascista disfrazado y emboscado en los entresijos sociales presto a avalar la sinrazón, la tropelía o la censura de los de siempre. Y va a ser muy difícil desenmascararlos, porque puede haber muchas triquiñuelas que no se puedan demostrar. Es arriesgado imaginar la conjunción astral precisa para que se le pueda meter opinión a un dirigente bancario o a un potente empresario. O a determinados políticos con buenos anclajes en determinadas sectas político-religiosas. Incluso los torturadores del franquismo pueden escaparse de rositas. En el lugar más insospechado puede surgir la tijera del censor que borre las huellas de aquel pasado. Y en este apartado, a diferencia del actual Irak, no hay fotografías que acrediten nada. Dentro de poco no quedará ni el polvo de los fusilados en las cunetas. Entonces se habrán desvanecido todas las posibles pruebas. Por eso, ese político honesto y cumplidor que asoma en el presidente del Gobierno puede tenerlo tan difícil. ¡Habrá que apoyarle!

*Profesor de Universidad