Desde que se creó el jurado popular, cuando se reunía a deliberar en una sala de la Audiencia de Zaragoza destinada para ello, los fumadores salían de vez en cuando a cumplir con su vicio. Tras el caso Becerril se ha decidido regular esa situación que queda como sigue: se permite un cigarro a media mañana, otro para después de comer y el último a media tarde. Evitar la ansiedad en un jurado no es poco ante las decisiones que debe adoptar.