Cientos de zaragozanos participaron ayer en la tradicional Bajada del Canal, que desde hace 22 años se celebra en su cauce en demanda de inversiones que permitan aprovechar mejor todo un símbolo de la ciudad de Zaragoza. Los improvisados marinos , que una vez más hicieron uso de su imaginación para navegar por esas turbias y sucias aguas, reclaman su navegabilidad, la mejora de sus instalaciones, su limpieza y un acceso más fácil, que permita recuperar para los ciudadanos una zona que hace unas pocas décadas era lugar de recreo, esparcimiento e incluso generaba ingresos económicos a mucha gente.