El consistorio de Zaragoza considera que en un plazo de cinco o seis años el lamentable estado de conservación del campo municipal de La Romareda le obligaría a tomar medidas para paliar las deficiencias. La situación de las arcas municipales y la persistencia de las necesidades sociales en la ciudad no son el mejor escenario para plantearse cualquier intervención que requiera fondos públicos. Parece razonable que sea el club que se beneficia de las instalaciones el que gestione la rehabilitación necesaria, pero tampoco sus perspectivas económicas andan precisamente boyantes. Así que la propuesta inicial del equipo de Gobierno del ayuntamiento de ampliar el convenio de cesión al club por 50 años a cambio de que gestione los nuevos equipamientos --de usos comerciales-- merece, al menos, el estudio de las partes.