Es evidente. El hundimiento institucional que ha padecido esta legislatura el Ayuntamiento de Zaragoza no es solo responsabilidad de ZeC. La digestión que hizo el PSOE de su paso desde el Gobierno a la oposición ha sido nefasta. Los socialistas municipales no solo no están capacitados para gobernar ahora mismo; ni siquiera lo están para pactar más allá de cuestiones puntuales. Los comentarios machistas de un edil hacia una concejala de ZeC, o que este mismo concejal llamara «mierda» a otro compañero de pleno habla de la degradación política, ética y moral que vive ahora mismo el PSOE municipal. Porque nadie ha salido a pedir perdón por ello, ni ha dado la más mínima explicación. El partido que impulsó la mayor transformación urbana de la ciudad lleva demasiado tiempo instalado en el lodazal, en el ambiente tabernario. Ya no hay ideas, ni mucho menos un proyecto para Zaragoza porque todo su discurso es un blablablá. Nadie puede tomarse en serio a este PSOE. No todo es culpa de ZeC, como muchos quieren hacer ver. Al PSOE le toca hacer una reflexión profunda de cuanto ha hecho, dicho y callado estos años. Y a partir de ahí, regenerar. Cuanto antes mejor porque la situación, lejos de mejorar, empeora cada día. El ayuntamiento, como institución, merece un respeto. No puede convertirse en una barra americana. Los zaragozanos no merecen este PSOE. Este PSOE no puede aspirar a gobernar esta ciudad. Pilar Alegría puede ser la primera piedra para reconstruir lo que algunos han destruido con empeño. Si la dejan.

*Periodista / @mvalless