El presidente del Partido Popular (PP) en Aragón, Gustavo Alcalde, debería introducir algunos planteamientos nuevos y de fondo en el discurso de su formación. Cuando se mencionan cuestiones como el Yak-42 o el asunto del trasvase del Ebro, el responsable político incide en la coherencia, que según él, caracteriza al PP, tal y como expresó en la amplia entrevista que ayer publicaba este diario. Pero más que coherencia, habría que hablar de una perseverancia abstrusa en no querer rectificar o matizar errores, una incidencia peligrosa en temas que no tienen defensa. De otro lado, tras el descolocamiento que supuso las últimas elecciones para la formación conservadora, parece que ahora soplan vientos distintos y que se está reajustando el discurso para ejercer el papel de auténtica oposición. Habrá que estar atentos estos días y tomar buena nota del tono que adquiere el Debate del Estado de la Comunidad que comienza mañana.