El jueves, las Cortes de Aragón dieron un retoque al Plan de Gestión de Residuos, que vuelve al Gobierno para incorporar las modificaciones propuestas por todos los partidos. Este plan, cuando por fin salga adelante, será el resultado de un proceso que ha sido muy participativo y muy debatido pero tan largo en el tiempo que está dejando muchas secuelas. Y es que el debate político se produce con una cadencia que no se corresponde con la realidad. La realidad del largamente estudiado plan de residuos son los vertidos tóxicos que una empresa peletera catalana ha hecho en los Monegros y que que ahora analiza la Confederación Hidrográfica del Ebro y el departamento de Medio Ambiente por si entrañan peligros para la agricultura o el consumo humano. Menos mal que Servicio de Protección de la Guardia Civil actúa con puntual diligencia y llegó hasta los Monegros atendiendo la denuncia de unos vecinos de Igualada por malos olores.