La abrumadora mayoría (el 98,97%) con la que resultó elegido Marcelino Iglesias secretario general del PSOE en Aragón y también el respaldo dado a la Comisión Ejecutiva (99,3%), tiene varias lecturas. En primer lugar, la más evidente: la formación ha consolidado un sólido liderazgo, que aleja los fantasmas del pasado. En segundo lugar, ese porcentaje abultado, ese acopio de fuerza, debe traducirse en un mayor impulso para activar proyectos concretos que esta región tiene pendientes, superada ya la batalla del trasvase. Un liderazgo con ese respaldo es todo un aval moral para ir más lejos, para desarrollar asuntos sociales, económicos y culturales que dibujan perspectivas de futuro para esta tierra. Desde la estabilidad se pueden acometer tareas, nuevos retos con ambiciones para Aragón. Además, los cambios orgánicos introducidos en este XIII congreso pueden ser una herramienta para dotar de mayor flexibilidad a esta formación.