Es muy probable que al calor de la precampaña primero y la campaña electoral después -convertidas ambas en subasta de ideas y propuestas o, como dice uno de los candidatos, en una especie de concurso cuyo premio es el Gobierno de España (¡hay que ver lo que llega a hacer la cultura del espectáculo!)- haya pasado desapercibida para muchos una noticia que ha ocupado un lugar secundario en ciertos medios de comunicación. Frente a esa falta de interés por tal información, a mi juicio reprochable, puede argumentarse que, como aún cabe recurso contra la última resolución judicial dictada, la cuestión aún no es lo suficientemente destacable.

Yo niego la mayor. Les cuento: el hecho sucedió en 2014 cuando en el Parlamento Federal Brasileño durante la intervención del entonces diputado federal por Río de Janeiro Jair Bolsonaro dijo refiriéndose a la diputada Maria do Rosário «no te violo porque no te lo mereces». Fue después como si tamaña barbaridad verbal no fuera lo suficientemente atroz cuando en una entrevista concedida al periódico Zero Hora él alegó la cuestión de la apariencia añadiendo que «não merecia ser estuprada» por ser «muito feia». Sobra la traducción y casi casi las palabras.

La batalla judicial, que como les decía quizás aún no haya terminado, pues aún cabe un último recurso en contra, ha sido larga. La primera decisión en contra llegó en 2015 cuando el Tribunal de Justicia del Distrito Federal y dos Territorios condenó a Bolsonaro a pagar unos 2.500 dólares a la diputada además de obligarle a publicar la sentencia en su canal de YouTube. Después el Tribunal Superior de Justicia castigó al que ahora ocupa la presidencia de Brasil a publicar la retractación en todas sus páginas oficiales y redes sociales además de en un periódico de gran tirada. Y por último el pasado 19 de febrero el Supremo Tribunal Federal negó el Recurso extraordinario interpuesto por Bolsonaro contra la citada condena manteniendo en consecuencia el pago de la indemnización por daños morales.

No era el primer incidente. En 2003, en el Congreso, el entonces diputado profirió insultos contra ella en público, pero como el episodio fue archivado por el Consejo de Ética de la Cámara tras una denuncia, no haré más alusión ni a los ataques que desde entonces Maria do Rosário sufre en las redes sociales. Según ha dicho, prefiere verse y ser vista como la mujer que «derrotó a Bolsonaro» y no como su víctima.

Una vez más compruebo que el insigne jurista alemán del siglo XIX Rudolf von Ihering -en absoluto sospechoso de conspirador o revolucionario- no se equivocaba cuando en uno de los libros más importantes para la Filosofía del Derecho de todos los tiempos, La lucha por el Derecho, decía que la lucha del derecho contra la injusticia durará tanto como el mundo porque el derecho habrá de prevenirse siempre contra los ataques de la injusticia. La lucha no es, pues, un elemento extraño al Derecho; antes bien, es una parte integrante de su naturaleza y una condición de su idea». Esa razón que asiste a Ihering y que resulta incontrovertible, no pretende en modo alguno disimular o disculpar la sinrazón y brutalidad de aquellos que no hacen del respeto la principal regla de vida sino precisamente todo lo contrario, es una llamada a la defensa permanente de lo justo a través del Derecho, he ahí su mayor dignidad.

*Filosofía del Derecho.

Universidad de Zaragoza