El fin de la fuga del exjefe de ETA José Antonio Urrutikoetxea, alias Josu Ternera, es la prueba más evidente de que, aunque tarde, el Estado de derecho responde. Ahora que la banda terrorista ETA está disuelta es gratificante, para las víctimas y para la sociedad en general, que los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado persistan en llevar ante la Justicia a los implicados. En Aragón se cierra el círculo de la casa cuartel, falta el de Manuel Giménez Abad.