Los datos sobre el empadronamiento de ciudadanos extranjeros confirman en Zaragoza la tendencia general en toda España, a raíz de que se hiciera público el contenido del nuevo reglamento de Extranjería. Este esfuerzo de regularización, que beneficia tanto a la población inmigrante como al país receptor, donde la mano de obra extranjera es ya imprescindible, debe ir acompañado del esfuerzo de las administraciones autonómicas y locales para prever las necesidades asistenciales que exige esta nueva situación. Además de campañas ciudadanas, también necesarias, es la mejor manera de garantizar la convivencia y la integración.