La subida del salario mínimo a 900 euros mensuales, sin ser la panacea, supondría ya una mejora significativa para los más de 250.000 aragoneses que ingresan menos de 12.600 euros anuales, que suponen el 43% de las personas que perciben un salario en la comunidad. Pensiones por debajo de esa cifra, subsidios que no alcanzan más que para comer una vez al día, empleos a tiempo parcial que dejan a sus perceptores en la precariedad más absoluta, como recogen los testimonios de EL PERIÓDICO. Hay que empujar por unas condiciones laborales e ingresos dignos.