La declaración del 2014, por parte de la Asamblea General de Naciones Unidas, como año internacional de la Agricultura Familiar, es una oportunidad para impulsar un modelo de agricultura profesional, social y sostenible. Que a la FAO se le haya encomendado promover el desarrollo de la agricultura familiar como estrategia para una producción sostenible de alimentos es una iniciativa importante para avanzar en la defensa de los principios de soberanía y seguridad alimentaria. No se debe olvidar que el 70% de los alimentos consumidos en el mundo, proceden de la agricultura familiar, a la que se dedican 2.500 millones de personas.

Este modelo productivo de carácter social y profesional no se deslocaliza, por eso contribuye decisivamente al mantenimiento de la población rural, a la ordenación del territorio y a la preservación del medio natural.

Pero lo más importante que lo define es la seguridad alimentaria, producimos alimentos al servicio de la sociedad. Los profesionales de la agricultura familiar somos la base de un modelo alimentario sostenible, es decir el que considera la alimentación como un derecho básico de ciudadanía, no una simple mercancía al servicio de los intereses especulativos de los grandes operadores multinacionales, que son los que generan las crisis alimentarias y las crisis de precios que nos arruinan.

Defendemos un modelo social y profesional de agricultura y un modelo alimentario sostenible, frente al modelo agrario de grandes corporaciones mercantiles, respaldadas por operadores financieros, agroexportadores y grandes cadenas de distribución alimentaria. Hoy estas dominan ya el mercado mundial de materias primas agrarias y de alimentos, gracias a unas políticas agrarias y económicas que les favorecen, mediante la desregulación total de los mercados. Volatilidad de los precios, encarecimiento de los costes, porque son otros y no nosotros los que dominan los mercados. Las consecuencias las pagan los hombres y mujeres profesionales del campo, que trabajamos directamente y vivimos de esta actividad.

Queremos una política agraria más social. Ese carácter social es el que le falta a la PAC que ha sido aprobada recientemente. La PAC regula las ayudas como si fueran una propina y a cambio desregula las políticas de mercado, desmantelando los mecanismos de protección para nuestra agricultura y eliminando el principio de preferencia comunitaria (Acuerdos preferenciales / transatlánticos/ condiciones de competencia desleal). La PAC tampoco regula la cadena alimentaria, que está dominada por la gran distribución, que nos impone prácticas abusivas y ajustes de precios para mantener sus abultados márgenes comerciales. Es el "sálvese quien pueda" y sin quejarse, porque para eso nos dan la propina de la PAC. Somos partidarios del principio de preferencia comunitaria, sobre la base de exigir las condiciones sociolaborales, de calidad y seguridad alimentaria, trazabilidad y condicionalidad que se nos exige a los agricultores europeos y españoles.

Y en cuanto a la política de ayudas, preferimos el acoplamiento que favorece la profesionalidad, las ayudas al activo profesional y no a la hectárea, los techos máximos de ayuda por titular, la definición de "agricultor activo" como profesional que cotice a la Seguridad Social Agraria y el apoyo decidido a la incorporación de jóvenes y mujeres a la actividad que garantiza el relevo generacional.

También rechazamos el falso verdeo de la PAC, que no es más que una medida de escaparate político, pero supone un coste añadido a la actividad agraria y mayor carga burocrática. Y las políticas de statu quo, que algo cambie para que nada importante cambie. El sistema de pago básico atiende a intereses políticos y no de los agricultores. Quedan fuera de la PAC decenas de miles de productores de frutas y hortalizas y viñedo.

Algunos Datos:

900.000 perceptores PAC, frente a 320.000 cotizantes a la S.S. Agraria.

1,5 millones de Ha. abandonadas o de pastos sin ganadería, cobrando PAC.

Los activos agrarios han caído un 30%, del año 2.000 al 2013 (del 6,2% al 4%).

Aunque en 2013 la renta agraria subió un 7,3%, en los últimos 10 años ( 2003/ 2013) el valor de las rentas agrarias ha descendido, en términos reales, un 23%. El valor de los costes de producción ha alcanzado en 2013 el 93% del valor de las rentas agrarias.

El nivel de endeudamiento del sector es del 90% del valor de la renta agraria.

El envejecimiento del sector es galopante. El 56% tiene más de 55 años. El 5% menos de 35 años.

No parece que el Sr. ministro de Agricultura esté muy en línea con el año Internacional de la Agricultura Familiar. Él parece representar otro modelo, cuando declara que lo que le importa es lo que se produce, no quien lo produce, sea un agricultor o el notario de la villa.

Nosotros lo tenemos claro: Nos importa lo que se produce porque somos profesionales agrarios, pero nos importa más quien lo produce. Nosotros queremos que el señor notario produzca en la notaría y que en el campo sean los hombres y mujeres profesionales los que produzcan.

Representante de COAG en el Consejo Económico y Social de España