Incluso a los que le tenemos poco apego a los patriotismos, nos puede emocionar ver a alguien forastero hablar con pasión de nuestra tierra. Sucedió ayer a mediodía cuando Cuatro conectó en directo con Zaragoza y allí estaba Miguel Ángel Revilla, el expresidente de Cantabria, que es un gran fenómeno mediático. Requerido por todos a todas horas, Revilla es uno de esos personajes que suele dar en el clavo con sus comentarios, un tipo que dice lo que la mayoría de la gente quiere escuchar, quizá porque se le entiende todo.

Estaba en Zaragoza (por cierto, en una pésima ubicación, delante de una valla de obras, con el fondo del Pilar) y contó que había venido a firmar ejemplares de su último libro. Dijo también que el comportamiento de los políticos es un escándalo: que por más que se esfuercen en ofrecer signos de recuperación de la crisis, la miseria, la pobreza, la falta de servicios, es la verdadera cara de una realidad incuestionable; y puso como ejemplo la contestación en Gamonal: «Es la respuesta del hartazgo de la sociedad; que no vean ahí terroristas ni grupos extremistas ».

Yo doy por sentado que este hombre se presentará a próximas elecciones, no sé con qué partido. Si no descuida su imagen logrará poner nerviosos a los partidos clásicos. «Yo voy por las calles de España sin escoltas, no las necesito», añadió. Tanto que nos lanzó un piropo: «Zaragoza es la única ciudad donde no me dejan coger un taxi, siempre que me ven me lleva la gente en sus coches». Así da gusto.