La nueva mujer fuerte del PP-Aragón, Mar Vaquero, tiene ante sí una ímproba tarea como alcaldesa, secretaria general y portavoz parlamentaria, pero puede con todo y lo hace además con una sonrisa.

La misma con la que suelen acogernos los ciudadanos de María de Huerva, población de la que es regidora Mar Vaquero. Cinco mil y pico habitantes con una media de edad mucho más joven que la mayoría de las poblaciones aragonesas y con niños, cientos de niños correteando y jugando por las calles.

En esta ocasión, visité María de Huerva en compañía de otra mujer fuerte y con responsabilidades, Laura Riñón, escritora nacida en Zaragoza, de la que presentábamos su nueva y original novela, Amapolas en octubre (Espasa).

Con la alcaldesa presente en el Club de Lectura coordinado con acierto y entusiasmo por Nuria Cadena, Laura Riñón desveló que una de las características de sus personajes es que no lo son, siendo, por el contrario, personas.

La protagonista de Amapolas en octubre, una mujer de unos cuarenta años llamada Carolina, que acaba de perder a su padre en un accidente y que tiene a su madre grave en un hospital, utilizará las claves familiares de la memoria y el amor a las letras para tratar de superar una situación angustiosa. Contaba Laura Riñón que en la elaboración de Carolina -como persona, no como personaje- siguió un método tan original como la propia novela: colocó en su estantería una serie de libros, desde Mujercitas a Virginia Woolf, de las hermanas Brönte a Silvia Plath, e invitó a Carolina a entrar y salir de todas esas tramas, empapándose de los personajes en su aprendizaje del rol de persona protagonista de la novela que quería escribir. De esa manera, la autora tuvo la impresión de que su protagonista, «simplemente entraba en la habitación».

Ojalá que Mar Vaquero, que acaba de entrar en el salón del poder, conserve sus esencias como persona, su naturalidad y su risa, su limpia manera de mirar la sociedad y el mundo, y no ceda a la tentación de convertirse nunca en otro de esos personajes que estamos viendo en la novela, melodrama o sainete de la política española. Ojalá no se transforme en una de esas rosas artificiales colocadas de floreros en las mesas de algunos partidos y siga siendo la persona que es, amapola en octubre.