No son lagartos, ni llegan de otro planeta, pero tienen un ADN común. Han bebido de la misma marmita ideológica, sienten el mismo respeto por los derechos humanos, ninguno, y practican la misma técnica de aniquilamiento con sus víctimas: aprovechar su debilidad económica para entrar en su tejido empresarial e inversor, y controlar a medio-largo plazo y desde dentro, el país al que llegan. ¿Quiénes son? Los Ruchi: rusos y chinos, que se hacen con los mercados europeos. Es por eso que la Comisión Europea anda loca por marcar pautas de c para controlar la inversión extranjera, especialmente en sectores estratégicos como defensa, infraestructuras, energía, mass media, sociedades de almacenamiento de datos o compañías de tecnología para procesos electorales. Y es que el desembarco de capital ruso y chino en el seno de la UE no puede dejar indiferentes a los estados, que ven como pierden su estatus de actores internacionales en la medida en que la familia de los Ruchi, va haciéndose con el control de mayor número de compañías europeas. De ahí que la creación de un sistema de escrutinio de inversiones a nivel UE sea todo un logro para evitar el avance de los imperios ruso y chino en la vieja Europa, que ingenua y confiada, deja penetrar en su torrente sanguíneo virus tan potentes,. Pena que la decisión final dependa de los estados miembros. Esperemos que no todos sean tan poco inteligentes como el español que presa del pánico y de la presión económica, se deja en manos de dragones tan peligrosos como los chinos.H

*Periodista y profesora de universidad