Uno de los mayores expertos en seguridad de este país es, sin duda, el periodista Fernando Rueda. Su docena larga de títulos publicados acredita su pericia investigadora y su capacidad de exposición, muy clara y precisa.

El último libro suyo, Yo confieso (Roca Editorial), se ha convertido en un best-seller debido a su interés, el que reúne la vida de Mikel Lejarza, alias El Lobo, el espía español más famoso de todos los tiempos. Su trabajo de zapa en el seno de ETA, donde logró introducirse y hacerse pasar durante muchos años por un terrorista más, está narrado con sus propias palabras, lo que impregna al texto de autenticidad. El autor entrevista asimismo a su mujer, Mamen, quien se refiere a los aspectos familiares y a la difícil convivencia con un hombre de identidad secreta y cambiante, siempre amenazado.

La lectura de Yo confieso incluye los principales nombres de la tragedia vasca, desde etarras como Pertur, Txapela o Paquito, a directores del Cesid, Casinello, Manglano, y un largo etcétera de protagonistas, víctimas y verdugos, de los fatídicos años de plomo en el País Vasco.

Fernando Rueda, que este mismo viernes presentará su libro en Borja, con una sorpresa incluida, está a punto de publicar un nuevo libro: Destrucción masiva. Su aparición está prevista para la primera semana de febrero y promete emociones fuertes.

Trata sobre la mayor tragedia del espionaje español, el asesinato de ocho agentes de inteligencia en Irak, en el año 2003, cuando el trío de las Azores, Bush, Blair y Aznar se habían aliado para atacar a Sadam Hussein. Nuestros agentes fueron abatidos a tiros, asesinados en una emboscada envuelta aún en demasiadas incógnitas. Rueda reconstruye las vidas de algunos de aquellos agentes y trata de explicar quién dio la orden de acabar con ellos y quiénes los ejecutaron.

Por las páginas de Destrucción masiva desfilan colaboradores y confidentes de nuestros agentes, miembros de los servicios de inteligencia iraquís (la Mujarabat), clérigos chiítas y militares contrarios a Sadam. Un libro que se lee como una novela, o como un true crime, pero basado en la más estricta, dolorosa, misteriosa realidad.