En seis años ha habido tres guerras y otras tantas conferencias internacionales de países donantes para comprometer fondos destinados a la reconstrucción. Este es el ciclo al que la franja de Gaza está sometida. Primero destrucción, después reconstrucción. Es un ciclo insoportable para los 1,8 millones de palestinos que viven en aquella estrecha faja de tierra. Además de los 1.500 muertos causados este verano tras 50 días de ataques israelís, 20.000 casas quedaron inservibles y más de 100.000 habitantes carecen de techo. Hay además centros escolares, hospitales y servicios básicos, como el agua, muy dañados.

Es también un ciclo que genera fatiga en los países donantes que ven como sus contribuciones a la reconstrucción acaban convertidas en una montaña de escombros. No es de extrañar por tanto que un poco excitable secretario general de la ONU como es Ban Ki-moon dijera "basta ya" en el curso de la reunión de donantes del pasado domingo en El Cairo en la que se comprometieron 4.300 millones de euros, confiando en que esta haya sido la última conferencia de este tipo.