Los sindicatos y las patronales andan acercando posiciones en la búsqueda de un acuerdo para la negociación colectiva de este año. La última propuesta de los empresarios anuncia ofertas de incremento salarial entre el 1% y el 2%, la reclamación de las centrales oscila entre 1,8% y un 3%, lo que da idea de que el tira y afloja podría encontrar un punto de equilibrio en una horquilla que ya tiene al menos un punto de coincidencia, aunque sea por abajo. Los empresarios admiten que la marcha de la economía, con buenos datos de crecimiento del PIB, permitirá esos aumentos obligados por el final de las inflaciones negativas y con la intención de compensar los recortes de los años pasados. Lo que en principio podría interpretarse como el reconocimiento de una deuda pendiente con los salarios y la voluntad de incrementar su poder adquisitivo, queda amortizado con las proyecciones económicas del Banco de España un par de días antes de la oferta patronal.

Dice el órgano regulador que este año los asalariados perderán poder adquisitivo porque la inflación crecerá el 2,2% y las subidas de sueldos ya recogidas en convenios no pasan del 1,4%. Dice más. En los dos años siguientes, hasta el 2020, el aumento de la capacidad de compra será nulo. Se pasa de perder a no ganar. Gran trayecto, sobre todo viniendo de una década de tijeretazos en la nómina. Hace diez años, el 70% de los trabajadores tenía su sueldo vinculado a la inflación, hoy solo 20%, así que el traslado a la paga será modesto. La carrera de obstáculos continúa.

*Periodista