Cuando Proudhon escribió su obra Filosofía de la miseria , Carlos Marx, horrorizado, le contestó escribiendo otra, que tituló Miseria de la filosofía . Llevado a los tiempos actuales y al Ayuntamiento de Zaragoza, cuando el alcalde Belloch presenta el balance de saldos de su gestión municipal durante su primer año de mandato, hay que decirle que en realidad no se trata más que de un saldo de balance. Cierto es que no debe resultar fácil gobernar en coalición con la CHA, ni con un grupo municipal socialista dividido cuando no disperso, con un funcionariado desalentado y falto de ilusión durante ocho años, pero los grandes políticos se caracterizan por hacer de la necesidad virtud y de la escasez buena administración. No es serio ni de recibo presentar como propias gestiones que, acabadas hoy, tuvieron su origen en legislaturas anteriores; ni mencionar permanentemente la herencia recibida, ni la pertinaz sequía, ni el contubernio judeo-masónico. Los zaragozanos no esperamos milagros ni del alcalde ni de los concejales: nos basta con tener la sensación de que la ciudad no pierde el paso con respecto a los demás. Cada uno, pues, puede hacer su balance.

*Abogado