Supongo que a estas alturas se habrán dado cuenta de que lo que funciona en la tele tiene relación con las pulsiones humanas. Y encima, es barato. O eso, o lo muy sofisticado, donde se aprecia que se gasta el dinero. Dos ejemplos: cualquier programa relacionado con la cocina (emociones a tope y poco caro) o El príncipe y Velvet (rodajes minuciosos y mucho actor, es decir, caro). El resto de ofertas, se lo tendrán que pensar, salvo que hablemos de fútbol, que es otra dimensión.

Decía Oscar Wilde que "la naturaleza pone mucho empeño pero es muy incómoda" y eso se aprecia en el desgaste de participantes y espectadores en Supervivientes; es agotador mirar cómo el hambre hace mella. Y como una de las reglas de estos concursos es que las normas las dicta el director, es posible que inviten (previo paso por caja) a Amador Mohedano para ver si levanta la audiencia. A mí hace tiempo que me perdieron.

Ya saben que soy fan de Ochéntame otra vez (La 1) esos documentales que se emiten tras Cuéntame. Este jueves analizaron Los años duros que le tocaron al PSOE, con huelgas generales incluidas. Tuvo que hacer la reforma industrial, y aquello aún lo estamos padeciendo. Apasionante momento de nuestra historia, que parece olvidada en el pasado. Éramos más pobres que ahora y el futuro no estaba nada claro. Pero éramos más jóvenes, teníamos esperanza. Ahora creo que los chicos están mucho más desesperados. Sin futuro. Bueno, siempre tienen la opción de presentarse a un concurso de cocina. No les veo otra.