Cada vez hay más gente acojonada ante la posibilidad de que el presupuesto de Aragón siga colgado en la tapia. En las últimas horas, la posibilidad cierta de que el Gobierno autónomo llegara a un acuerdo con el Ayuntamiento de Zaragoza para zanjar de una vez la Ley de Capitalidad abría una brecha en el callejón sin salida y sugería una ruta de escape accesible esta misma semana: foto de Lambán y Santisteve estrechándose la mano... ¿y cómo hubiera podido Echenique sustraerse a tan sugerente imagen? Pero luego el ambiente se enrareció. Nadie sabe muy bien por qué. Hasta el PP, cuyos jefes de filas han dado el plácet a Beamonte con una cascada de sonrisas y parabienes, metió caña por la última modificación de crédito llevada a cabo por el consejero Gimeno para agenciarle fondos al Departamento de Sanidad. Luego, Podemos desaceleró el acuerdo in extremis con el PSOE. El barullo sigue siendo tan ruidoso e ilógico que el personal no sabe cómo leerlo e interpretarlo.

De algo no cabe ninguna duda, son muchas las voces que lo advierten: sin presupuesto (y ya ni siquiere se pide un buen presupuesto), demasiadas cosas se van a quedar en el aire. Cosas imprescindibles, se entiende: dotar de crédito al Ingreso de Inserción y no digamos poner en marcha la Renta Básica, desarrollar la dependencia y los servicios sociales, evitar que la atención a los discapacitados vuelva a producir listas de espera (lo que se uniría de manera catastrófica a los retrasos que ya sufren en el cobro de plazas sujetas a convenio), subvencionar entidades de evidente naturaleza asistencial... Y para colmo de males, el retraso acumulado (¡que se acaba febrero!) alargará los plazos habituales hasta quién sabe cuándo. Teniendo en cuenta que la DGA cerró caja antes del otoño, esto no aguanta más.

Echenique y los suyos no carecen de argumentos colaterales. Pero ni ofrecen una alternativa viable y constructiva ni admiten el mal menor ni (lo que es peor) parecen capaces de explicarlo de manera que la gente lo entienda. A lo peor... ni ellos mismos lo entienden.