El Servicio Aragonés de Salud va a cambiar las torres de refrigeración del Clínico causantes del último brote de legionela y va a endurecer el decreto de control de la citada bacteria, que produjo siete muertes recientemente. Este doble paso lo anunció ayer la consejera, Luisa María Noeno, durante su comparecencia en las Cortes de Aragón, en la que se supo también que en noviembre pasado la empresa encargada del mantenimiento ya advirtió del "penoso" estado de las torres y aconsejó su sustitución. No lo dijo la consejera lo dijo el portavoz sanitario del PP, Ricardo Canals, y ese crucial detalle quita rigor a las intenciones de la DGA de endurecer la normativa nacional sobre legionela. Si el estado de las torres es "penoso" lo que tiene que hacer el Salud es cambiarlas y no ampararse en la laxitud de un decreto para justificar la falta de reflejos en la prevención de unas instalaciones que, como se ha demostrado, exigen algo más que lavado y secado.