Superada una patología viral, sin corona, como los de ER. Al reincorporarme a la vida cotidiana de jubilado, me tropiezo con nuevas y «progresistas» normas, propuestas por el mentidero de Moncloa y no se si aprobadas en «El coño de la Bernarda» de san Jerónimo. Lugar donde cada uno entra, dice, jura o promete lo que le sale del níspero y sale dotado de un excelente salario. Recordemos, por si alguien se ofende, que el dicho popular es una expresión de aquello que, por conocido y maliciosamente encubierto, se rehúsa de antemano. Legalmente reconocido

Parece ser que existen discrepancias sobre la propiedad filial, espero que no sea de la autoría del parto. Admitamos que «el engendrador que lo engendre buen engendrador será». Aunque hoy la genética juega malas pasadas. Parece ser que existen dudas, serias dudas, sobre el control educo-cultural de los infantes por los progenitores, aunque sean genéticamente compatibles. Pobrecitos abuelos. Los centros de mayores llenos y en cuanto el abuelo tosa tres veces, o ventosees involuntariamente, quieras o no, eres legalmente eutanizable. Tus conocimientos y tu experiencia no tienen valor. Tu palabra no se tiene en cuenta y según algún vicepresidente, hasta la coalición gubernamental ferviente y federado comunista. Ahora transmutado aficionado, no solo del partido sino de sus símbolos a los que siempre odio por pesados. La pela es la pela. Dice que va a proteger la pobreza infantil, entiendo que la infancia nacida, porque los infantes nonatos están, como los abuelos sentenciados, por la ley del aborto, unos y otros al toser tres veces seguidas o estornudar una con fuerza, por la ley de la eutanasia. ¡Quien no los conozca que los compre! ¡Quien no los conozca que los vote! Llevamos unas cuantas elecciones ¡Mienten mas que la Gaceta! Los artistas mienten para decir la verdad mientras que los políticos mienten para ocultarla. Estos dichos populares son legales. Son más eficientes que las normas vigentes que explican mal los conceptos, y más entendibles pues se puede comparar fácilmente la vida con el tiempo. Aclarativos de las reivindicaciones, y de las más puras y grotescas descalificaciones.

No pueden ser considerados delito ni incluirlos en el derecho penal, son producto de la sabiduría popular.

Como dice Malinowski, no son supervivencias del pasado, sino readaptaciones actuales. Que razón tiene. Aparecen en nuestro promocionado progresismo con excesiva frecuencia, promocionando erróneamente la cultura del mentidero que nos gobierna o de la entrepierna de la Bernarda que nos legisla. Al formar parte de nuestra herencia cultural, se han utilizado, por unos y por otros, bien como alegato, o bien como dogma. En casi todos/as los componentes bicamerales, mitómanos/as acomodados/as, encontramos representaciones e ilustraciones plásticas humanoides de su pregón social, formas de pensar y actuar, roles y estereotipos que no se ajustan a la legalidad vigente, sino al compromiso de sumisión presidencial. Mitómano mayor del reino. Inculpan a signos y símbolos, los critican, los, reprochan o justifican, según su concepto irrespetuoso e interesado de libertad y democracia. Forma política de ocultar la verdad.

Abraham Lincoln afirmó: «Se puede engañar a parte del pueblo parte del tiempo, pero no se puede engañar a todo el pueblo todo el tiempo». Cuando era niño me decía mi abuela, que fue paliatizada y no eutanizada: «A grandes saltos, grandes quebrantos». Cualquier cosa que obtengas la puedes perder por el mismo camino que la has obtenido.

*Catedrático emérito de la Universidad de Zaragoza