Las conmemoraciones del día de nuestro señor San Jorge, patrón de Aragón (en su vertiente laica y religiosa), auspiciadas por la DGA y las Cortes de Aragón, ya son recuerdo a espera de su repetición en 2005. En tanto que casa de todos, ámbito de la pluralidad y espacio para la convivencia (si es con espléndidos ágapes todavía más), la celebración en el Palacio de la Aljafería fue entrañable tanto en su otorgar galardones a instancias solidarias como por su finura al aunar y reunir por un día a una representación cabal (siempre insuficiente, aunque inevitable) del tejido social aragonés. El presidente Pina está ajustando en positivo el sentido de la celebración mas... ¡cuidado con los discursos!, excesivamente largos, mal redactados (eso se desprende de la oralidad), con demasiadas recurrencias al tópico, frases hechas, argumentos de autoridad extraídos de manidos diccionarios para la ocasión y algún que otro cachondillo dislate. Sin embargo, los forasteros aplaudieron y alabaron a un presidente cabal y amable, los lugareños se sintieron orgullosos del acto, y todos tan felices, esperando que las Cortes de Aragón, rosas y claveles, dicten alegrías para todos.

*Profesor de Universidad