No. No equivoqué el Santo. San Valentín, el de las flechas de amor, ese es el de ayer. El de hoy, 15 de febrero, será conocido a partir de ahora como San Valentón, patrón que destaca por ser muy arrogante y jactarse de ser valiente, sin serlo. Y todo ello, en honor a nuestro presidente por sorpresa, Mr. Sánchez. Elecciones generales, ¿sí-no?; ¿todas en las mismas fechas (en mayo con las autonómicas y locales como quieren los populares y Cs, en eso que algunos denominan como «súper domingo»), o unas en abril y otras en mayo?; o, ¿un me tiro a la piscina sin saber nadar y sin salvavidas? Con unos presupuestos tumbados y 83 diputados es poco viable continuar, incluso para el autor de Manual de resistencia, un superviviente profesional, capaz de todo por conservar su culìto en la presidencia. Cualquier cosa cabría porque lo que está claro es que para el PSOE es el peor momento para unas elecciones: en abril la campaña electoral coincidirá con el juicio del Procés; las derechas, según los sondeos, suben puntos en las urnas; aunque, por otra parte, no hay mejor atalaya desde la que iniciar el contraataque que desde el Gobierno, especialmente a partir de las elecciones autonómicas y municipales; y además, en cuatro días, presentamos libro. En fin, que eso ya da un poco lo mismo. Lo que de verdad está claro es que el experimento de la primera moción de censura exitosa de la historia de España ha muerto. Y ahora, en este ambiente de desconcierto, parece que solo el resultado electoral podrá descifrar la ecuación. San Valentón poco tiene que hacer.

*Periodista y profesora de universidad