Si la pandemia ha dejado algo claro es la importancia de un sistema sanitario público fuerte sostenido por la gran profesionalidad y la entrega sacrificada de sus profesionales, incluidos los residentes, los contratados en precario y los candidatos a que ahora, una vez superada lo peor de la situación, los vuelven a poner en la calle, como se está viendo en Madrid. La gestión de la sanidad madrileña es paradigmática y conviene no perderla de vista porque es el ejemplo de lo que el PP, con el apoyo de sus socios, haría en toda España, si pudiera. No se trata solo de que cada cual haga negocio con lo que quiera siempre que encuentre clientes que le paguen sus servicios, sino vender los recursos públicos o deteriorarlos limitando el personal o las instalaciones o dándoles la gestión de lo que es de todos a los fondos de inversiones, buitres o no, que solo quieren ganar dinero. No estoy seguro de que tras los aplausos, los españoles seamos conscientes de la importancia de un logro social tan importante como es la sanidad pública. Si lo fuéramos, en el momento oportuno, saldríamos a la calle a defenderla con uñas y dientes. A ver si nos enteramos: las derechas quieren privatizarla, deteriorarla, disminuir su papel hacia algo residual, hacer negocio con la salud de todos, aplicar su mentalidad evolucionista, darwinista para que se entienda, en beneficio de intereses privados. La decisión mayoritaria del Ayuntamiento de Zaragoza va en esa dirección: facilitar un negocio privado que luego fagocitará el dinero público vampirizando las listas de espera de lo público y potenciando los intereses cruzados de algunos profesionales que, si se lo permiten, trabajarán en los dos sectores. Una vez más se demuestra que la gestión del suelo, en manos de la derecha, y a veces con irresponsables e incomprensibles apoyos, beneficia a los de siempre.

*Profesor de universidad