Uno de los autores más misteriosos del siglo XX, pero que hunde sus raíces en el XIX, es el británico Algernon Blackwood. Su fórmula magistral entre la intriga y el terror le invitó a crear un detective de lo oculto, una especie de investigador psíquico al que bautizó con el nombre de ficción de John Silence. Sus cuentos, o sus casos, mejor, abundan en lo inexplicable, en lo sobrenatural y lo mágico, aunque tratando siempre de ceñir tales manifestaciones a fenómenos perfectamente explicables desde el punto de vista de la razón y de la lógica.

La obra de Blackwood, mayoritariamente compuesta por terroríficos relatos, va vertiéndose al castellano con cuentagotas, como el mágico elixir que en sí misma ha venido desde siempre siendo, con el logrado propósito e mantener bajo hipnosis a sus lectores. Algunos de sus fabulosos relatos, como El Wéndigo, por ejemplo, han saltado merecidamente a antologías universales de la literatura fantástica.

Hermida Editores y Óscar Mariscal han traducido y publicado en castellano Los sauces. Se trata de una maravillosa novela corta o relato largo que se lee como si fuera un sueño del que, intentando escapar, fuésemos incapaces de huir, para acabar rindiéndonos a su secreto influjo, telúricas fuerzas, misteriosos episodios y pautas de espacio/tiempo.

De la pértiga de esta evanescente narración nos trasladamos a una navegación por un tramo del Danubio en el que no hay puertos, barqueros, embarcaderos, poblaciones ni barcos en su cauce. Tan solo sauces e islas flotantes, únicamente un país de llorosos bosques y aguas fangosas en las que se hunden los remos y las botas de los protagonistas, una pareja de exploradores a los que aguardará un destino inconcebible. Allí situados, en medio de una líquida nada, ambos personajes irán transcurriendo de la admiración al bello entorno al que les ha llevado a su barca a la inquietud por los ruidos y susurros que parece haber despertado su presencia, como si otros seres, minúsculos, invisibles, les estuvieran vigilando.

Genio de la sugestión, mago de la creación atmosférica, artista de lo inimaginable, de lo inesperado, más allá de la fantasía y de los sueños Blackwood vuelve a darnos una lección de intuición e inteligencia creativa y a regalarnos el placer de su lectura.