El consejero de Sanidad y Bienestar Social del Gobierno de Aragón, Ricardo Oliván, destituyó ayer de manera fulminante a la gerente del Salud, María Ángeles Alcutén, y a su homólogo en el Hospital Miguel Servet, José Huelin. Las primeras víctimas del incumplimiento del objetivo de déficit, que ha puesto en evidencia a la presidenta Luisa Fernanda Rudi.

LOS CHIVOS EXPIATORIOS

Superar el porcentaje de déficit que le correspondía al Gobierno de Aragón, ha dejado fuera de juego tanto a la propia Rudi como a su consejero de Hacienda, José Luis Saz, y a otros miembros del Gabinete. Pero todos ellos permanecen aferrados a sus sillones. Saz se defendió ayer en las Cortes, replicando como pudo a los portavoces de la oposición. Dejó claro que no piensa irse, aun tiene, dice, "mucho trabajo por hacer". Pero en el ambiente flotaba y flota la sensación de que el último fiasco presupuestario (que estaba cantado, a la vista de cómo se calcularon los ingresos para el 2013) debía tener alguna repercusión en los organigramas del Pignatelli. Así, los gerentes antes citados se han convertido en los primeros chivos expiatorios (probablemente no serán los únicos). Se deduce que gastaron más de lo debido... aunque esto parezca increíble a la vista de cómo está la sanidad pública aragonesa.

En resumen, los máximos dirigentes políticos no se van, pero ofrecen en sacrificio a sus delegados en los segundos niveles.

SANIDAD, DEPARTAMENTO ENFERMO

Sobre la situación descrita se superponen las circunstancias que han convertido al de Sanidad y Bienestar Social en un departamento enfermo. Una muestra: quienes sustituyan a los destituidos Alcutén y Huelin serán el tercer y cuarto gerentes, respectivamente, del Salud y del Miguel Servet. ¡En menos de tres años de mandato! Todo un récord.

Por otro lado, la sanidad pública, acusada implícitamente de acumular durante el año pasado un sobrecoste de 124 millones (la mitad de la desviación del déficit), está en sus horas más bajas. Los recortes han disparado las listas de espera y han convertido las Urgencias del Miguel Servet en un caos donde algunos enfermos permanecen aparcados durante cinco días antes de llegar a la planta correspondiente. ¿Qué pasará ahora si se intensifica el ajuste? ¿Hasta dónde piensa llegar el actual Gobierno de Aragón?