Existe un género literario y cinematográfico que consiste en escuchar a un amigo y recoger sus palabras. Ofrece la oportunidad de compartir con los demás una forma de hablar y de pensar que admiras. A veces se hace con la complicidad del otro, otras es una especie de traición. Uno de los modelos sería la Vida de de Samuel Johnson de Boswell; un ejemplo reciente es el Borges de Bioy. Cuando escribes tienes la seguridad de que al menos el contenido está bien: no es tuyo, lo que es un alivio. Eres casi un traductor. Si es con imagen el valor de registro aumenta, aunque puedes perder otros elementos.

Pertenece a ese género Supongamos que Nueva York es una ciudad, la serie documental de Netflix donde Martin Scorsese invita a hablar (en público o en un bar) a su amiga Fran Lebowitz. La escritora y humorista trata algunos de sus temas preferidos: Nueva York y su llegada a la ciudad, su visión del arte y el talento, la cultura pop, su relación con los jóvenes, el dinero, la idea de un lugar en permanente transformación y a la vez la desaparición de un mundo de librerías y cierta vida social. Nueva York, explica, era un lugar imitado en todas partes; ahora Nueva York imita a sus imitadores. A veces tiene un costumbrismo un poco cansado, común en el fetichismo neoyorquino, pero casi siempre es muy divertida y a menudo muy perspicaz. Dice muchas frases buenas, pronunciadas con una cadencia entre impasible y traviesa. Hay algo jovial en su forma de ser cascarrabias y algo triste en su jovialidad: es alguien que se gana la vida con un personaje, y ese personaje es un Bartleby. Es una escritora que no escribe -publicó un par de libros hace cuarenta años- pero en quien se percibe una fe en la excelencia y el arte. (Muestra que no escribir es una de las pocas maneras de ganarse la vida que ofrece la literatura, aunque además de talento y suerte necesitas ser americano para conseguirlo). Lebowitz tiene algo de monologuista cómica y al ver la serie he pensado en Gordo de feria, la refrescante novela de Esther García Llovet, y en el interesante recorrido sobre el stand up estadounidense y su importancia cultural. Morir de pie, de Edu Galán (autor de un libro reciente sobre otro mito neoyorquino, Woody Allen). Es una serie sobre una ciudad, y también recuerda en algunas cosas al espectacular Madrid de Andrés Trapiello. Scorsese, que ya trabajó con Lebowitz hace unos años en Public Speaking, se ríe mucho al oírla, y da gusto ver a alguien pasándolo bien. La idea de la serie recuerda también a La silla de Fernando, la película monólogo de Luis Alegre y David Trueba sobre Fernando Fernán Gómez, de cuyo nacimiento se cumplen cien años en 2021 (y es interesante también observar los numerosos contrastes). No es raro que una serie sobre una ciudad sea también una película sobre la admiración y la amistad.