Sabemos algunas cosas. En particular aquellas que son evidentes y simples. Por ejemplo, que la subvención municipal a la asociación A Zofra no ha escocido porque fuese irregular (que no parece serlo) ni porque en la entidad citada se organicen unos cuantos rojos cesaraugustanos (lo cual sí es bastante cierto), sino porque la pasta sirvió para poner en marcha el estudio ¿Quién manda en Zaragoza? (QMZ), que ha pretendido detectar y definir a quienes de verdad mueven los hilos de la política local sin ser alcaldes ni concejales.

La investigación ha levantado ampollas. Y eso que, a la postre, su resultado está cantado, incluida una constatación en negativo: quien no manda en Zaragoza es ZeC. Por encima de las (no pocas) limitaciones de Santisteve y los suyos flota la certidumbre de que no les dejarán gobernar ni vivir. Esta circunstancia forma parte del secreto conocido... pero que sigue siendo secreto.

Otra cosa: nadie ignora que en el PSOE aragonés, como en el de toda España, las bases se están autoorganizando en una reacción casi desesperada contra sus dirigentes. Tan es así que ahora mismo nadie da un céntimo por el futuro de Lambán o por las opciones que podría tener aquí una Susana Díaz compitiendo en primarias (que no competirá; en primer lugar porque no se presentará si no tiene la victoria segura, y en segundo... porque es muy probable que la elección directa del primer candidato y del secretario general pase a la historia). Pese a esta debacle de la socialdemocracia oficial (que se extiende por toda Europa), actuamos como si el PSOE siguiera siendo una fuerza política fundamental. Por la misma regla de tres, aceptamos que Rajoy es un genio manejando los tiempos (lo del Yak lo ha toreado ¡catorce años después de la tragedia!) y fingimos que tan viciosa actitud es una virtud política.

Supongo que de todos los secretos a voces el único verdaderamente voceado es el que se refiere a los follones internos de Podemos. Ahí, ni Iglesias ni Errejón ni Bescansa se andan con disimulos. Me temo que van a pagarlo muy caro.